Recuerda que el diezmo se da de todo lo
que Dios nos bendice y no sólo cuando ganamos una buena cantidad.
Debemos de diezmar de todo lo que llegue a nuestra mano, sea cual sea
el medio que Dios haya utilizado para bendecirnos, ya sea que alguien nos
regaló una propina, o nos pagaron, o
nos encontramos tirado en la calle, o nos hayamos ganado en un sorteo, etc.
Dios tiene una ley en su pensamiento que dice:
"El creyente que
me es fiel en lo muy poco de su dinero, también cuando tenga más dinero me será
fiel, pero el creyente que ganando muy poco es injusto en su diezmo y ofrenda
también cuando tenga más será injusto en dar" (Parafraseado de Le. 16:10).
Este pensamiento de Cristo es lo que hace
que él confíe completamente en los que dan sus diezmos ganando poco, pero que
desconfíe de los que prometen de labios y que cuando tienen algo no diezman.
- Si usted le dice: "Señor, no gano
mucho dinero por eso no diezmo, pero si tu me das más entonces te daré tu
diezmo".
- El Señor te dirá: "No, a mí no me
vas a engañar, si tú ahora ganando poco no diezmas, peor será cuando yo te dé
más dinero, por tanto no puedo darte más".
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