El uso de la vestimenta oscura viene desde tiempo atrás. Cuando los
israelitas en el Antiguo Testamento tenían
un familiar que había muerto entonces se vestían de CILICIO el cual era
una tela oscura y aspera hecha de tela de cabra que simbolizaba
pesadumbre y duelo (2
S. 3:31). Ellos no tenían una
idea muy clara de lo que era la resurrección y
pensaban que sería muy difícil verse con
los familiares.
Sin
embargo en el Nuevo Testamento, Jesús nos trajo una esperanza de resurrección
al decirnos: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque
esté muerto, vivirá, y todo aquel que vive y cree en mí no morirá
eternamente" (Jn.11:25,26). De modo que tanto el vestirnos de negro
como el entristecernos demasiado no tienen razón en los creyentes que sí tienen
la esperanza de la resurrección, en cambio eso sí puede darse entre los
inconversos que no tienen esperanza (ITs. 4:13). Por
lo tanto no debemos entristecernos en la muerte de nuestros familiares (ITs. 4:13).
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