Toda práctica de consultar a los muertos
pertenecen al Ocultismo y lo realizan los "Médiums", quienes invocan
a los espíritus a fin de que los difuntos hablen por medio de ellos. Eso es lo
que conocemos como una posesión demoníaca. Sin embargo no habla el difunto sino
un demonio, que se hace pasar por el muerto.
En la Biblia hubo un caso en que la
"Médiums" solicitó venir a un muerto que era Samuel; pero si
analizamos bien éste texto bíblico no era en realidad Samuel, sino un espíritu
que tomo la forma de Samuel. Este hecho de invocar muertos era penado por Dios (Dt. 18:10,11), por esta razón Saúl los había arrojado de
la tierra (1
S. 28:3). Saúl
sabiendo que eso era malo, busca una mujer que tenía "espíritu de
adivinación" o "demonio de adivinación" (1 S. 28:7). La adivina vio que varios espíritus
venían (1
S. 28:13). Ese
"espíritu de adivinación" le adivina todo lo que le había sucedido a
Saúl y lógicamente le adivina también lo que le vendría.
Lo que el espíritu le
manifestó que le sucedería (1S. 28:16-19) no era difícil de
predecir debido a que si Jehová no quería hablar con Saúl, y además había
consultado a los muertos (lo que Dios más abomina) (Lv. 20:27), pues ¿Qué le habría de
ocurrir, si no es la muerte?, ya que también estaba en guerra en ese momento
contra los filisteos, a la vez que el temor se había apoderado de él, (1S. 28:5) lo que le llevaría a
traer la mortandad (Pr. 10:24).
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