Cuando Dios creó al hombre le concedió tener el libre albedrío, por
medio del cual él elegiría el camino del bien o el camino del mal. Dios fue tan
bueno al enseñarle al hombre que el camino del mal le traería tristeza, llanto,
dolor, enfermedad y miseria (Dt. 28:
15 - 44), mientras que si seguía por la senda del bien conseguiría paz,
prosperidad, salud y felicidad (Dt. 28:1
-13).
El hombre es el que busca su propio mal y
no es Dios quien le pone en ese lugarde dolor.
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